"La nueva educación" César Bona
Hola de nuevo, aquí os dejo mi trabajo del libro de este cuatrimestre. ¡Espero que os guste tanto como a mí!
“La nueva educación, los retos y desafíos de un maestro de hoy” de César Bona.
Año de edición: octubre 2016.
Editorial: Plaza y Janés.
País de origen: España.
1. BIOGRAFÍA
César Bona, licenciado en Filología inglesa y con la diplomatura de Magisterio en
Lengua Extranjera, es considerado uno de los mejores profesores del mundo. Ha
recibido diversos premios debido a su trabajo e implicación en la docencia. Entre sus
proyectos, destacan algunos en los que ha conseguido que los alumnos aprendan sin
necesidad de basarse en los libros de texto. Además, imparte conferencias como experto
en Educación y Creatividad, invitando a los oyentes a convertirse en lo que quieran ser,
apostando por el talento y la innovación.
2. TESIS
El autor mantiene una tesis basada en la evolución de la educación global y emocional.
Ésta debe estar basada, principalmente, en que surjan seres íntegros con respeto hacia
los demás y compromiso social, en conseguir que los alumnos tengan creatividad,
curiosidad, espíritu crítico, empatía… Apoya que se debe escuchar a los alumnos para
que sus ideas y proyectos consigan cambiar nuestro mundo.
3. ARGUMENTO
El autor comienza el libro exponiendo dos obviedades sobre la educación,
estructurándola por encima de cualquier Gobierno y explicando la necesidad de la
presencia de maestros a la hora de realizar las leyes educativas.
Así, inicia su obra, la cual continúa explicando qué características, de inicio, debe tener
un maestro. Según el autor, deben ser personas plenas, que cambien las cosas, que sepan
qué herramientas se deben utilizar, que expresen emociones y pensamientos, que sean
menos individualistas y egoístas que la mayoría, etc. Además, explica la gran
imaginación que poseen los niños, viendo las cosas del mundo diario de manera
diferente y, por ello, cree que las asignaturas deberían facilitar la vida, no convertirse
únicamente en objetos de evaluación. Como docentes, debemos estimular la curiosidad
y asumir que los alumnos también nos enseñan a nosotros; la actitud positiva y la pasión
harán que seamos alguien que los alumnos quieran imitar. Como última instancia, los
maestros deben colocar la educación en el lugar que se merece.
El autor continúa explicando sus experiencias con distintos profesores en sus primeras
etapas escolares. Aquí, cuenta cómo un profesor puede llegar a hacerte amar u odiar una
asignatura durante toda tu vida, viendo como una necesidad el hecho de sentir pasión
hacia algo para compartirlo con tus alumnos de la manera más satisfactoria.
Continúa recordando que un maestro tiene que estar constantemente aprendiendo para
poder enseñar, ya sea de diversas fuentes o de distintos compañeros. Cree que esto no
ocurre ya que la actitud está anticuada. Explica ahora qué profesores han sido su faro, le
han enseñado a escuchar y a ser vital para su alrededor. Con estos ejemplos, defiende
que ser maestro implica ser creativo, tener imaginación, cercanía y pasión por tu
profesión, lo que es el regalo de esta profesión.
También cuenta su nominación al “Global Teacher Prize”, colocándole en el escenario
mediático, momento en el que se comenzó a hablar de la educación en positivo y de
distintas metodologías y estrategias que se deben cambiar. Las bases del concurso eran
la innovación, el compromiso con el entorno, la inspiración a los alumnos y a la
comunidad. El autor apoya que esas bases, son los requisitos necesarios para realizar un
buen trabajo como docente. Por otro lado, comienza a hablar sobre la necesidad de
valorar a los maestros, aquellos que trabajan la empatía y la sensibilidad.
Vuelve a su infancia para contar lo aburrido que le parecía a él la carpintería, profesión
a la que se dedicaba su padre con ayuda de su hermano, para explicar la importancia de
la implicación de los profesores en los gustos de los alumnos, saber escuchar y prestar
atención a los niños.
Prosigue explicando sus experiencias tras la nominación al premio en ciertos ámbitos
como la televisión. Cree que los medios comenzaron a hablar de la figura del docente y
que se produjo el “efecto contagio”, en el que profesores empezaron a exponer
proyectos interesantes. Por otro lado, explica cómo fue la conversación con un hombre
que no respetaba su profesión, enfocándose únicamente en los días de vacaciones que
poseen los maestros en vez de en su trabajo en sí. A esto César Bona contesta que los
maestros son personas que se encuentran en un trabajo continuo, que, hasta en sus días
libres, piensan cómo mejorar, cómo trabajar en las próximas clases y cómo conseguir
sus objetivos y, sobre todo, enseñan a respetar el turno de palabra.
Más tarde, explica que los docentes deberían ser piscinas infinitas de imaginación, ya
que no deben oprimir a los niños con las ideas lógicas de los adultos. Los niños tienen
ideas innovadoras, perspectivas frescas y liberadas de prejuicios que resultan muy
interesantes. Por ello, ser maestro implica gran responsabilidad, ya que son los
encargados de estimular la creatividad, conseguir su curiosidad, fomentar la empatía, la
sensibilidad, la cooperación y la competitividad únicamente con uno mismo, queriendo
ser mejor de lo que se era antes. Dentro de todo ello, marca como principal punto el
respeto.
Continúa hablando sobre la importancia, como docente, de salir de uno mismo y hacerse
preguntas, ser autocrítico con tu trabajo. Solo así se conseguirá devolver la educación al
lugar que se merece. Con respecto a las críticas sobre esta profesión, añade que si algo
es criticado, por lo menos se debería exponer una alternativa que solucionara algunos
problemas. Con esto, inicia las características que cree que debe tener un profesor ideal.
Explica que educar y enseñar no es solo tener conocimiento, es compartirlo y conseguir
llegar a las personas que te escuchan, es sentir la vocación, mantener una actitud que
muestre pasión, esfuerzo e ilusión por lo que se hace. Mantener la idea de que nada es
imposible, y conseguir transmitirlo a los estudiantes. De esta manera, un maestro
completo debe invitar al compromiso social de los alumnos, es decir, hacerles
conscientes de que ellos pueden construir un mundo mejor; estimular el respeto al
medio ambiente y a los seres que lo comparten con nosotros; tener autoconocimiento,
ya que resultaría imposible enseñar sin conocerse a uno mismo; estimular la creatividad
y gestionar sus propias emociones para enseñar a los alumnos a gestionar las suyas;
contagiar actitud, trabajar conjuntamente con madres, padres y administración, ser un
individuo tecnológico y mantener la mente abierta para encontrar todo lo maravilloso
que hay a nuestro alrededor. El maestro debe tener en cuenta que de nuestra profesión
salen todas las demás, por ello se debe intentar ser un modelo para los alumnos,
teniendo en cuenta que la forma en la que se viva la experiencia los marcará para
siempre.
Con todo lo explicado, el autor hace un símil entre la profesión del docente y los
salmones en el río, que nadan a contracorriente, relacionándolo con los recortes de la
educación, que jamás producirán una mejora. Así, se debe intentar conseguir una
calidad de educación para todos, ya que los profesores son los primeros en saber las
carencias de los alumnos. Continúa explicando que un profesor no debe sentirse
quemado, ya que el aula debe contemplarse como un bálsamo para todos los problemas
de nuestra vida. Y, como los profesores quieren aportar algo a la sociedad para que esta
progrese, deben mantener una actitud que marque la diferencia. Se debe, incluso, dejar
de lado la programación para ver los intereses de los niños, ya que, conociéndoles, es
como sabremos cómo ayudarles a aprender.
Bona, tras explicar una experiencia real con un alumno complicado, mantiene que un
maestro debe tener en cuenta que cada niño es un universo y, por ello, el reto de los
profesores es enseñar a cada uno de sus alumnos. En muchos casos, se piensa que hay
que hacer lo posible por cambiar a los niños, cuando en realidad lo que se debe cambiar
es nuestra perspectiva hacia ellos.
Además, apoya la necesidad de mantener la ilusión de los alumnos, ya que no podemos
pretender convertirles en adultos, es algo antinatural, deben continuar teniendo
imaginación, ilusión, creatividad, curiosidad… Comenta, también, la posibilidad de
hacerlos investigar sobre un tema, en Internet por ejemplo, pero enseñándoles a ser
críticos con la información y a citar las fuentes de donde la recogen.
Con respecto a la metodología, explica que el no sigue una específica, ya que la varía
sobre la marcha, según la necesidad de cada momento. Así, expone las características
comunes de su trabajo de maestro. En primer lugar, tiene en cuenta el contexto, ya que
puede encontrar alumnos en situaciones totalmente distintas. También, tiene en cuenta
que, a pesar de ser maestro, no tiene el conocimiento de absolutamente todo, por lo que
los alumnos también pueden enseñarle. Por otro lado, intenta ponerse a la altura de los
ojos de los niños, para conseguir que no exista distinción entre profesor y alumno; así,
tiene en cuenta que todos continuamos con nuestra parte de niño dentro, a la que se debe
estar ligado para comprender mejor a los alumnos. Asimismo, expone cómo consiguió
superar el muro de la timidez que uno se autoimpone, relacionándolo con la necesidad
de conseguir que los alumnos expresen emociones, las compartan, defiendan
argumentos… Con respecto a la implicación, explica que él la comprende dividida en
dos vertientes: implicar a los niños para que se sientan parte de su propio aprendizaje e
invitarles a implicarse en la sociedad para mejorar el mundo. Finaliza sus características
explicando que los adultos podemos cambiar el trabajo que realizamos cada día,
mientras que los niños tienen que ir al colegio, por lo que se debe intentar que les guste
ir a la escuela.
Continuando con sus características, explica una propuesta que realizó en una de sus
clases, convertir el aula en una micro sociedad. Cuenta cómo el hecho de dar cargos, dar
responsabilidades y hacer que se sientan parte, habitantes, de ese micro mundo,
convierte a la escuela en un sitio donde los niños quieren ir, ya que se sienten
implicados.
El autor sigue exponiendo experiencias propias en las que, por ejemplo, la creatividad
ha servido para salir del apuro de no hacer los deberes o se han inventado historias
maravillosas a partir de palabras desordenadas. Cuenta también, el hecho de utilizar el
surrealismo en la escuela, buscando al niño que se lleva dentro, relacionándolo con un
ejemplo donde consiguió hacer un teatro en verso. En otra ocasión, donde se encontraba
en un colegio con un gran absentismo escolar, consiguió que los alumnos le enseñaran a
tocar el cajón para aumentar su motivación por venir al colegio, explicando que se debe
sacar algo positivo de todas las experiencias para conseguir ver la solución. Por otro
lado, con su experiencia con el cine mudo comprendió que los niños pueden transformar
la sociedad, el futuro y el presente de cada uno de nosotros. Además, la construcción de
una biblioteca le hizo entender la necesidad de construir lugares que atraigan a los
alumnos, conseguir que se pierdan en aquello que les gusta, fomentar su creatividad y
curiosidad.
Continúa concediendo importancia a la interacción de los niños, abriendo puertas y
ventanas para ello, consiguiendo así la verdadera educación. De esta manera, cuenta una
experiencia en la que trae a ancianos al aula para que los alumnos les realicen preguntas
sobre su vida. Durante el cuestionario, hace que los alumnos cambien el término “eras”
o “querías” por “me gustaría ser”. Así, hace referencia al conocimiento e invitación de
ser algo que los ancianos, en este caso, no han podido llegar a lograr.
Otra de las experiencias que explica el autor, se realiza en una clase con tan solo doce
alumnos, donde lo que pretende es conseguir que se conviertan en buenas personas, que
traten a los demás con respeto, dejando a un lado las calificaciones. Los alumnos, tras
ver el circo del pueblo, investigan sobre él y, con esto, lo que quiere el autor es que se
transformen en seres críticos, que investiguen y asuman que son los protagonistas del
cambio y que toman un papel en la sociedad, que sean el ejemplo de otros niños, que se
comuniquen y contagien su curiosidad. Así, tras descubrir lo que era realmente el circo,
los alumnos realizan una carta consiguiendo una población libre de circos con animales.
De esta manera, además de aprender fuera de los libros de texto, consigue que los
alumnos relacionen este tema con la mitología, la geografía y la historia; y, por otro
lado, conseguir que pierdan el miedo a hablar en público.
Más tarde, el autor se centra en la administración, alegando que se debe dejar libre al
maestro para que se forme, consiguiendo un equipo entre padres y profesores para, así,
enseñar y educar a los niños. Por ello, se necesita un diálogo continuo entre ambos, y de
manera bilateral.
Continúa explicando que el respeto no se impone. En ocasiones, se empeñan en hacer
que todos los niños sean amigos, pero apoya que la amistad, el amor y el respeto hacia
los demás salen de dentro y debemos ganárnoslo. Debido a que los docentes son el
ejemplo de muchos niños y adultos, cada acción tiene que ir acompañada de la palabra
respeto y deben dar alternativas.
Además, cuenta las diferentes posibilidades que nos ofrece el mundo actual para
aprender, afirmando que un maestro que no sigue un libro de texto no está haciendo las
cosas mal, sino que está enseñando y mostrando cosas del mundo real, cosas que no se
encuentran en los libros y son necesarias para la vida. Además, se basa en que los niños
necesitan que les apoyen a tener esperanza para crear un mundo mejor, ofrecerles la
oportunidad de dar un paso adelante, de comenzar a cambiar las cosas. Por esto,
también se habla de la necesidad de la participación infantil en la sociedad, ya que el
mundo saldrá ganando con estas aportaciones. En el caso de la Educación Secundaria,
se debe tener en cuenta la etapa madurativa en la que se encuentran los alumnos, la
adolescencia, una etapa de cambio en la que se quiere reivindicar que son importantes.
Es por ello que debemos hacerles ver que su contribución en la sociedad es
fundamental.
Como algo necesario para el futuro, y sobre todo para el presente de los alumnos, el
autor enseña cómo hablar en público, ya que no basta con tener el conocimiento sobre
algo, sino que es muy importante saber organizarlo para poder comunicarlo. Así, realiza
una comparación del discurso con trozos de pizza, en la que cada porción trata un tema
distinto del que se habla en el discurso, y simboliza un tiempo determinado. De esta
manera, resulta más fácil para los niños contar algo. Aquí, también recuerda la
importancia del estudio con mapas conceptuales, ya que la mente trabaja con
asociaciones y no de manera lineal, lo que contribuye al aprendizaje.
Por otra parte, explica a sus alumnos que todos tienen importancia en esta sociedad,
pudiéndose convertir en héroes con sus acciones para que, así, se sientan protagonistas
de su propia historia.
Con respecto a los deberes, el autor reflexiona sobre el paso del tiempo y la necesidad
de disfrutar tanto de los padres, como de los hijos, como de la etapa de la vida en la que
te encuentres. Por ello, es necesario dejar algo de lado los deberes, las programaciones y
el temario, para conseguir que los niños sean creativos, curiosos y tengan tiempo a
experimentar.
Por otro lado, intenta educar a sus alumnos en las emociones, explicando que es
indiferente la carrera que se estudie o los idiomas que se sepan si no se sabe respetar a
los demás. Como maestro, explica que se deben ofrecer herramientas para conseguir que
sean niños felices, donde dentro de esa felicidad se incluye el conocimiento. Además,
apoya a enseñar gestionar las emociones en la carrera de magisterio para, así, saber
enseñar a gestionar a tus alumnos las suyas propias. Siguiendo con esto y en relación
con las universidades, cree que los maestros que dan clase y los profesores de la
institución deben tener un diálogo continuo entre ellos y con los alumnos. Con respecto
al periodo de prácticas, cree que los docentes tienen la responsabilidad de mostrar lo
maravillosa que es esta profesión y las cosas extraordinarias que se pueden conseguir en
los niños.
En relación a los docentes en sí, cree que deben aprender a compartir los proyectos, a
copiar e imitar a tus compañeros, a aprender de los demás y a compartir experiencias
para conseguir la mejor educación posible.
Finaliza la obra repitiendo la importancia de escuchar a los alumnos, siendo la llave
para el aprendizaje; la importancia de la educación emocional en las aulas; la capacidad
de traspasar más allá de tus alumnos para que comprendan que todas las asignaturas
tienen importancia en la vida diaria y se utilizan para algo, ya que todas las repuestas se
relacionan con la vida. Así, se debe mirar al niño a su altura, ser padres, maestros,
disfrutad de ello y contagiad esa pasión por aprender, enseñar y compartir.
4. DIEZ FRASES
1) El autor mantiene que la educación debe estar por encima de cualquier
Gobierno, y las leyes de educación deberían estar realizadas por docentes, ya
que son quienes comprenden a los estudiantes en mayor medida. Sobre esto, es
importante destacar que, en muchas ocasiones, los contenidos o las
programaciones no tienen que ver con la realidad del aula, por lo que, se
deberían tener en cuenta sus opiniones.
2) Por otro lado, apoya continuamente la necesidad de estimular la curiosidad en
los alumnos día a día, ya que, así, aumenta su creatividad y su capacidad de
resolver conflictos y problemas de manera más rápida. Además, creo que esto es
importante para que los alumnos conviertan el aprendizaje en algo dentro de sus
intereses, ya que aprenderán de manera significativa.
3) También, se señala como punto clave de la educación el respeto. En relación a
esto, el respeto es algo necesario que se debe cultivar desde la infancia para así
continuar desarrollándolo, trabajando con ello y convirtiéndose en buenas
personas a lo largo de la vida, otros de los objetivos principales de la educación.
4) El hecho de mirar a la altura de los ojos a los niños, es una herramienta para
conseguir un lazo con el alumnado, ya que el hecho de que no existan
diferencias entre profesores y niños, hace que se sientan mejor en el entorno, con
más ganas de enseñar sus proyectos e ideas.
5) Como docentes, debemos de aprender constantemente, porque resulta imposible
enseñar conceptos y compartir conocimiento si no renovamos lo que tenemos en
el presente. Esto se debe a que la sociedad actual está en continuamente cambio,
por lo que debemos estar pendientes de ello para no quedarnos atrás y poder
seguir comprobando y entendiendo los gustos de los alumnos.
6) Algo muy importante y que no siempre se realiza es escuchar a los niños. A lo
largo de los años, los profesores han completado sus programaciones, han
utilizado los libros de texto. Una característica del docente, es ser capaz de
adaptarse a las situaciones, comprendiendo qué es lo que necesita el alumno, en
qué etapa de su desarrollo se encuentra y cuáles son las ambiciones de ellos para
transformar la programación en algo atractivo para ellos.
7) También, como docentes o futuros docentes, debemos ser nosotros quienes
coloquemos a la educación en el lugar que se merece. Durante cierto tiempo, e
incluso actualmente, la carrera de magisterio se considera algo que se hace por
hacer, porque no te ha llegado la nota o cosas por el estilo. Somos nosotros
quienes debemos hacer cambiar esa idea, y la única manera que tenemos de
hacerlo es convertirnos en personas de las que estar orgullosas. Que todos los
alumnos comprendan la importancia y necesidad de los profesores a lo largo de
nuestra vida.
8) Además, se debe tener en cuenta que los niños no son solo el futuro, también son
el presente de la sociedad y sus ideas pueden llegar a ser extraordinarias, por lo
que debemos darles el papel que tienen en realidad, ya que pueden ser capaces
de cambiar el mundo.
9) En referencia a los alumnos que dan más problemas en el aula, debemos saber
que cuánto más difícil es el alumno, mayor debe ser nuestro reto. No hay que
dejar de lado a ese alumno, sino intentar conseguir su aprendizaje de cualquier
otra manera. No podemos empeñarnos en cambiar a los niños, sino en cambiar
nuestra forma de enseñar para que ellos sean capaces de aprender.
10) Debido a que, como docentes, se debe sentir pasión por la profesión y por
educar, hay que considerar el aula como un bálsamo, algo que nos aísle de todos
los problemas, en donde no influya nuestro estado de ánimo.
5. BIBLIOGRAFÍA
Biografía de César Bona, disponible en:
http://www.prhgespeakers.com/autor/conferencias-cesar-bona/. Disponible el [25 de
abril de 2018].
“La nueva educación, los retos y desafíos de un maestro de hoy” de César Bona.
Año de edición: octubre 2016.
Editorial: Plaza y Janés.
País de origen: España.
1. BIOGRAFÍA
César Bona, licenciado en Filología inglesa y con la diplomatura de Magisterio en
Lengua Extranjera, es considerado uno de los mejores profesores del mundo. Ha
recibido diversos premios debido a su trabajo e implicación en la docencia. Entre sus
proyectos, destacan algunos en los que ha conseguido que los alumnos aprendan sin
necesidad de basarse en los libros de texto. Además, imparte conferencias como experto
en Educación y Creatividad, invitando a los oyentes a convertirse en lo que quieran ser,
apostando por el talento y la innovación.
2. TESIS
El autor mantiene una tesis basada en la evolución de la educación global y emocional.
Ésta debe estar basada, principalmente, en que surjan seres íntegros con respeto hacia
los demás y compromiso social, en conseguir que los alumnos tengan creatividad,
curiosidad, espíritu crítico, empatía… Apoya que se debe escuchar a los alumnos para
que sus ideas y proyectos consigan cambiar nuestro mundo.
3. ARGUMENTO
El autor comienza el libro exponiendo dos obviedades sobre la educación,
estructurándola por encima de cualquier Gobierno y explicando la necesidad de la
presencia de maestros a la hora de realizar las leyes educativas.
Así, inicia su obra, la cual continúa explicando qué características, de inicio, debe tener
un maestro. Según el autor, deben ser personas plenas, que cambien las cosas, que sepan
qué herramientas se deben utilizar, que expresen emociones y pensamientos, que sean
menos individualistas y egoístas que la mayoría, etc. Además, explica la gran
imaginación que poseen los niños, viendo las cosas del mundo diario de manera
diferente y, por ello, cree que las asignaturas deberían facilitar la vida, no convertirse
únicamente en objetos de evaluación. Como docentes, debemos estimular la curiosidad
y asumir que los alumnos también nos enseñan a nosotros; la actitud positiva y la pasión
harán que seamos alguien que los alumnos quieran imitar. Como última instancia, los
maestros deben colocar la educación en el lugar que se merece.
El autor continúa explicando sus experiencias con distintos profesores en sus primeras
etapas escolares. Aquí, cuenta cómo un profesor puede llegar a hacerte amar u odiar una
asignatura durante toda tu vida, viendo como una necesidad el hecho de sentir pasión
hacia algo para compartirlo con tus alumnos de la manera más satisfactoria.
Continúa recordando que un maestro tiene que estar constantemente aprendiendo para
poder enseñar, ya sea de diversas fuentes o de distintos compañeros. Cree que esto no
ocurre ya que la actitud está anticuada. Explica ahora qué profesores han sido su faro, le
han enseñado a escuchar y a ser vital para su alrededor. Con estos ejemplos, defiende
que ser maestro implica ser creativo, tener imaginación, cercanía y pasión por tu
profesión, lo que es el regalo de esta profesión.
También cuenta su nominación al “Global Teacher Prize”, colocándole en el escenario
mediático, momento en el que se comenzó a hablar de la educación en positivo y de
distintas metodologías y estrategias que se deben cambiar. Las bases del concurso eran
la innovación, el compromiso con el entorno, la inspiración a los alumnos y a la
comunidad. El autor apoya que esas bases, son los requisitos necesarios para realizar un
buen trabajo como docente. Por otro lado, comienza a hablar sobre la necesidad de
valorar a los maestros, aquellos que trabajan la empatía y la sensibilidad.
Vuelve a su infancia para contar lo aburrido que le parecía a él la carpintería, profesión
a la que se dedicaba su padre con ayuda de su hermano, para explicar la importancia de
la implicación de los profesores en los gustos de los alumnos, saber escuchar y prestar
atención a los niños.
Prosigue explicando sus experiencias tras la nominación al premio en ciertos ámbitos
como la televisión. Cree que los medios comenzaron a hablar de la figura del docente y
que se produjo el “efecto contagio”, en el que profesores empezaron a exponer
proyectos interesantes. Por otro lado, explica cómo fue la conversación con un hombre
que no respetaba su profesión, enfocándose únicamente en los días de vacaciones que
poseen los maestros en vez de en su trabajo en sí. A esto César Bona contesta que los
maestros son personas que se encuentran en un trabajo continuo, que, hasta en sus días
libres, piensan cómo mejorar, cómo trabajar en las próximas clases y cómo conseguir
sus objetivos y, sobre todo, enseñan a respetar el turno de palabra.
Más tarde, explica que los docentes deberían ser piscinas infinitas de imaginación, ya
que no deben oprimir a los niños con las ideas lógicas de los adultos. Los niños tienen
ideas innovadoras, perspectivas frescas y liberadas de prejuicios que resultan muy
interesantes. Por ello, ser maestro implica gran responsabilidad, ya que son los
encargados de estimular la creatividad, conseguir su curiosidad, fomentar la empatía, la
sensibilidad, la cooperación y la competitividad únicamente con uno mismo, queriendo
ser mejor de lo que se era antes. Dentro de todo ello, marca como principal punto el
respeto.
Continúa hablando sobre la importancia, como docente, de salir de uno mismo y hacerse
preguntas, ser autocrítico con tu trabajo. Solo así se conseguirá devolver la educación al
lugar que se merece. Con respecto a las críticas sobre esta profesión, añade que si algo
es criticado, por lo menos se debería exponer una alternativa que solucionara algunos
problemas. Con esto, inicia las características que cree que debe tener un profesor ideal.
Explica que educar y enseñar no es solo tener conocimiento, es compartirlo y conseguir
llegar a las personas que te escuchan, es sentir la vocación, mantener una actitud que
muestre pasión, esfuerzo e ilusión por lo que se hace. Mantener la idea de que nada es
imposible, y conseguir transmitirlo a los estudiantes. De esta manera, un maestro
completo debe invitar al compromiso social de los alumnos, es decir, hacerles
conscientes de que ellos pueden construir un mundo mejor; estimular el respeto al
medio ambiente y a los seres que lo comparten con nosotros; tener autoconocimiento,
ya que resultaría imposible enseñar sin conocerse a uno mismo; estimular la creatividad
y gestionar sus propias emociones para enseñar a los alumnos a gestionar las suyas;
contagiar actitud, trabajar conjuntamente con madres, padres y administración, ser un
individuo tecnológico y mantener la mente abierta para encontrar todo lo maravilloso
que hay a nuestro alrededor. El maestro debe tener en cuenta que de nuestra profesión
salen todas las demás, por ello se debe intentar ser un modelo para los alumnos,
teniendo en cuenta que la forma en la que se viva la experiencia los marcará para
siempre.
Con todo lo explicado, el autor hace un símil entre la profesión del docente y los
salmones en el río, que nadan a contracorriente, relacionándolo con los recortes de la
educación, que jamás producirán una mejora. Así, se debe intentar conseguir una
calidad de educación para todos, ya que los profesores son los primeros en saber las
carencias de los alumnos. Continúa explicando que un profesor no debe sentirse
quemado, ya que el aula debe contemplarse como un bálsamo para todos los problemas
de nuestra vida. Y, como los profesores quieren aportar algo a la sociedad para que esta
progrese, deben mantener una actitud que marque la diferencia. Se debe, incluso, dejar
de lado la programación para ver los intereses de los niños, ya que, conociéndoles, es
como sabremos cómo ayudarles a aprender.
Bona, tras explicar una experiencia real con un alumno complicado, mantiene que un
maestro debe tener en cuenta que cada niño es un universo y, por ello, el reto de los
profesores es enseñar a cada uno de sus alumnos. En muchos casos, se piensa que hay
que hacer lo posible por cambiar a los niños, cuando en realidad lo que se debe cambiar
es nuestra perspectiva hacia ellos.
Además, apoya la necesidad de mantener la ilusión de los alumnos, ya que no podemos
pretender convertirles en adultos, es algo antinatural, deben continuar teniendo
imaginación, ilusión, creatividad, curiosidad… Comenta, también, la posibilidad de
hacerlos investigar sobre un tema, en Internet por ejemplo, pero enseñándoles a ser
críticos con la información y a citar las fuentes de donde la recogen.
Con respecto a la metodología, explica que el no sigue una específica, ya que la varía
sobre la marcha, según la necesidad de cada momento. Así, expone las características
comunes de su trabajo de maestro. En primer lugar, tiene en cuenta el contexto, ya que
puede encontrar alumnos en situaciones totalmente distintas. También, tiene en cuenta
que, a pesar de ser maestro, no tiene el conocimiento de absolutamente todo, por lo que
los alumnos también pueden enseñarle. Por otro lado, intenta ponerse a la altura de los
ojos de los niños, para conseguir que no exista distinción entre profesor y alumno; así,
tiene en cuenta que todos continuamos con nuestra parte de niño dentro, a la que se debe
estar ligado para comprender mejor a los alumnos. Asimismo, expone cómo consiguió
superar el muro de la timidez que uno se autoimpone, relacionándolo con la necesidad
de conseguir que los alumnos expresen emociones, las compartan, defiendan
argumentos… Con respecto a la implicación, explica que él la comprende dividida en
dos vertientes: implicar a los niños para que se sientan parte de su propio aprendizaje e
invitarles a implicarse en la sociedad para mejorar el mundo. Finaliza sus características
explicando que los adultos podemos cambiar el trabajo que realizamos cada día,
mientras que los niños tienen que ir al colegio, por lo que se debe intentar que les guste
ir a la escuela.
Continuando con sus características, explica una propuesta que realizó en una de sus
clases, convertir el aula en una micro sociedad. Cuenta cómo el hecho de dar cargos, dar
responsabilidades y hacer que se sientan parte, habitantes, de ese micro mundo,
convierte a la escuela en un sitio donde los niños quieren ir, ya que se sienten
implicados.
El autor sigue exponiendo experiencias propias en las que, por ejemplo, la creatividad
ha servido para salir del apuro de no hacer los deberes o se han inventado historias
maravillosas a partir de palabras desordenadas. Cuenta también, el hecho de utilizar el
surrealismo en la escuela, buscando al niño que se lleva dentro, relacionándolo con un
ejemplo donde consiguió hacer un teatro en verso. En otra ocasión, donde se encontraba
en un colegio con un gran absentismo escolar, consiguió que los alumnos le enseñaran a
tocar el cajón para aumentar su motivación por venir al colegio, explicando que se debe
sacar algo positivo de todas las experiencias para conseguir ver la solución. Por otro
lado, con su experiencia con el cine mudo comprendió que los niños pueden transformar
la sociedad, el futuro y el presente de cada uno de nosotros. Además, la construcción de
una biblioteca le hizo entender la necesidad de construir lugares que atraigan a los
alumnos, conseguir que se pierdan en aquello que les gusta, fomentar su creatividad y
curiosidad.
Continúa concediendo importancia a la interacción de los niños, abriendo puertas y
ventanas para ello, consiguiendo así la verdadera educación. De esta manera, cuenta una
experiencia en la que trae a ancianos al aula para que los alumnos les realicen preguntas
sobre su vida. Durante el cuestionario, hace que los alumnos cambien el término “eras”
o “querías” por “me gustaría ser”. Así, hace referencia al conocimiento e invitación de
ser algo que los ancianos, en este caso, no han podido llegar a lograr.
Otra de las experiencias que explica el autor, se realiza en una clase con tan solo doce
alumnos, donde lo que pretende es conseguir que se conviertan en buenas personas, que
traten a los demás con respeto, dejando a un lado las calificaciones. Los alumnos, tras
ver el circo del pueblo, investigan sobre él y, con esto, lo que quiere el autor es que se
transformen en seres críticos, que investiguen y asuman que son los protagonistas del
cambio y que toman un papel en la sociedad, que sean el ejemplo de otros niños, que se
comuniquen y contagien su curiosidad. Así, tras descubrir lo que era realmente el circo,
los alumnos realizan una carta consiguiendo una población libre de circos con animales.
De esta manera, además de aprender fuera de los libros de texto, consigue que los
alumnos relacionen este tema con la mitología, la geografía y la historia; y, por otro
lado, conseguir que pierdan el miedo a hablar en público.
Más tarde, el autor se centra en la administración, alegando que se debe dejar libre al
maestro para que se forme, consiguiendo un equipo entre padres y profesores para, así,
enseñar y educar a los niños. Por ello, se necesita un diálogo continuo entre ambos, y de
manera bilateral.
Continúa explicando que el respeto no se impone. En ocasiones, se empeñan en hacer
que todos los niños sean amigos, pero apoya que la amistad, el amor y el respeto hacia
los demás salen de dentro y debemos ganárnoslo. Debido a que los docentes son el
ejemplo de muchos niños y adultos, cada acción tiene que ir acompañada de la palabra
respeto y deben dar alternativas.
Además, cuenta las diferentes posibilidades que nos ofrece el mundo actual para
aprender, afirmando que un maestro que no sigue un libro de texto no está haciendo las
cosas mal, sino que está enseñando y mostrando cosas del mundo real, cosas que no se
encuentran en los libros y son necesarias para la vida. Además, se basa en que los niños
necesitan que les apoyen a tener esperanza para crear un mundo mejor, ofrecerles la
oportunidad de dar un paso adelante, de comenzar a cambiar las cosas. Por esto,
también se habla de la necesidad de la participación infantil en la sociedad, ya que el
mundo saldrá ganando con estas aportaciones. En el caso de la Educación Secundaria,
se debe tener en cuenta la etapa madurativa en la que se encuentran los alumnos, la
adolescencia, una etapa de cambio en la que se quiere reivindicar que son importantes.
Es por ello que debemos hacerles ver que su contribución en la sociedad es
fundamental.
Como algo necesario para el futuro, y sobre todo para el presente de los alumnos, el
autor enseña cómo hablar en público, ya que no basta con tener el conocimiento sobre
algo, sino que es muy importante saber organizarlo para poder comunicarlo. Así, realiza
una comparación del discurso con trozos de pizza, en la que cada porción trata un tema
distinto del que se habla en el discurso, y simboliza un tiempo determinado. De esta
manera, resulta más fácil para los niños contar algo. Aquí, también recuerda la
importancia del estudio con mapas conceptuales, ya que la mente trabaja con
asociaciones y no de manera lineal, lo que contribuye al aprendizaje.
Por otra parte, explica a sus alumnos que todos tienen importancia en esta sociedad,
pudiéndose convertir en héroes con sus acciones para que, así, se sientan protagonistas
de su propia historia.
Con respecto a los deberes, el autor reflexiona sobre el paso del tiempo y la necesidad
de disfrutar tanto de los padres, como de los hijos, como de la etapa de la vida en la que
te encuentres. Por ello, es necesario dejar algo de lado los deberes, las programaciones y
el temario, para conseguir que los niños sean creativos, curiosos y tengan tiempo a
experimentar.
Por otro lado, intenta educar a sus alumnos en las emociones, explicando que es
indiferente la carrera que se estudie o los idiomas que se sepan si no se sabe respetar a
los demás. Como maestro, explica que se deben ofrecer herramientas para conseguir que
sean niños felices, donde dentro de esa felicidad se incluye el conocimiento. Además,
apoya a enseñar gestionar las emociones en la carrera de magisterio para, así, saber
enseñar a gestionar a tus alumnos las suyas propias. Siguiendo con esto y en relación
con las universidades, cree que los maestros que dan clase y los profesores de la
institución deben tener un diálogo continuo entre ellos y con los alumnos. Con respecto
al periodo de prácticas, cree que los docentes tienen la responsabilidad de mostrar lo
maravillosa que es esta profesión y las cosas extraordinarias que se pueden conseguir en
los niños.
En relación a los docentes en sí, cree que deben aprender a compartir los proyectos, a
copiar e imitar a tus compañeros, a aprender de los demás y a compartir experiencias
para conseguir la mejor educación posible.
Finaliza la obra repitiendo la importancia de escuchar a los alumnos, siendo la llave
para el aprendizaje; la importancia de la educación emocional en las aulas; la capacidad
de traspasar más allá de tus alumnos para que comprendan que todas las asignaturas
tienen importancia en la vida diaria y se utilizan para algo, ya que todas las repuestas se
relacionan con la vida. Así, se debe mirar al niño a su altura, ser padres, maestros,
disfrutad de ello y contagiad esa pasión por aprender, enseñar y compartir.
4. DIEZ FRASES
1) El autor mantiene que la educación debe estar por encima de cualquier
Gobierno, y las leyes de educación deberían estar realizadas por docentes, ya
que son quienes comprenden a los estudiantes en mayor medida. Sobre esto, es
importante destacar que, en muchas ocasiones, los contenidos o las
programaciones no tienen que ver con la realidad del aula, por lo que, se
deberían tener en cuenta sus opiniones.
2) Por otro lado, apoya continuamente la necesidad de estimular la curiosidad en
los alumnos día a día, ya que, así, aumenta su creatividad y su capacidad de
resolver conflictos y problemas de manera más rápida. Además, creo que esto es
importante para que los alumnos conviertan el aprendizaje en algo dentro de sus
intereses, ya que aprenderán de manera significativa.
3) También, se señala como punto clave de la educación el respeto. En relación a
esto, el respeto es algo necesario que se debe cultivar desde la infancia para así
continuar desarrollándolo, trabajando con ello y convirtiéndose en buenas
personas a lo largo de la vida, otros de los objetivos principales de la educación.
4) El hecho de mirar a la altura de los ojos a los niños, es una herramienta para
conseguir un lazo con el alumnado, ya que el hecho de que no existan
diferencias entre profesores y niños, hace que se sientan mejor en el entorno, con
más ganas de enseñar sus proyectos e ideas.
5) Como docentes, debemos de aprender constantemente, porque resulta imposible
enseñar conceptos y compartir conocimiento si no renovamos lo que tenemos en
el presente. Esto se debe a que la sociedad actual está en continuamente cambio,
por lo que debemos estar pendientes de ello para no quedarnos atrás y poder
seguir comprobando y entendiendo los gustos de los alumnos.
6) Algo muy importante y que no siempre se realiza es escuchar a los niños. A lo
largo de los años, los profesores han completado sus programaciones, han
utilizado los libros de texto. Una característica del docente, es ser capaz de
adaptarse a las situaciones, comprendiendo qué es lo que necesita el alumno, en
qué etapa de su desarrollo se encuentra y cuáles son las ambiciones de ellos para
transformar la programación en algo atractivo para ellos.
7) También, como docentes o futuros docentes, debemos ser nosotros quienes
coloquemos a la educación en el lugar que se merece. Durante cierto tiempo, e
incluso actualmente, la carrera de magisterio se considera algo que se hace por
hacer, porque no te ha llegado la nota o cosas por el estilo. Somos nosotros
quienes debemos hacer cambiar esa idea, y la única manera que tenemos de
hacerlo es convertirnos en personas de las que estar orgullosas. Que todos los
alumnos comprendan la importancia y necesidad de los profesores a lo largo de
nuestra vida.
8) Además, se debe tener en cuenta que los niños no son solo el futuro, también son
el presente de la sociedad y sus ideas pueden llegar a ser extraordinarias, por lo
que debemos darles el papel que tienen en realidad, ya que pueden ser capaces
de cambiar el mundo.
9) En referencia a los alumnos que dan más problemas en el aula, debemos saber
que cuánto más difícil es el alumno, mayor debe ser nuestro reto. No hay que
dejar de lado a ese alumno, sino intentar conseguir su aprendizaje de cualquier
otra manera. No podemos empeñarnos en cambiar a los niños, sino en cambiar
nuestra forma de enseñar para que ellos sean capaces de aprender.
10) Debido a que, como docentes, se debe sentir pasión por la profesión y por
educar, hay que considerar el aula como un bálsamo, algo que nos aísle de todos
los problemas, en donde no influya nuestro estado de ánimo.
5. BIBLIOGRAFÍA
Biografía de César Bona, disponible en:
http://www.prhgespeakers.com/autor/conferencias-cesar-bona/. Disponible el [25 de
abril de 2018].
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